Día internacional de lxs desaparecidxs:
lo que nos enseñan las familias en búsqueda
Ciudad de México
30 de agosto de 2022
Texto: Noé Amezcua y Gabriela Espejo.
Fotos: Gabriela Espejo.
El 16 de mayo nos despertamos con la noticia de que el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas alcanzó la cifra de cien mil personas que, desde 1964, han desaparecido en México. Sabemos que la cifra real supera por mucho lo que alcanza a registrar el Estado, y ante esta situación, nos preguntamos: ¿por qué esta noticia no ha conmovido a la sociedad de tal manera que hubiera muestras de indignación masivas?
Desde luego, una explicación posible siempre se encuentra en el terror. Nos preguntamos si finalmente, toda la estrategia de exterminio, de exposición de los cuerpos lacerados en las vías públicas, la abundante circulación de noticias crueles e increíbles y la propia desaparición han paralizado a la sociedad.
También sabemos que esta realidad causa mucho dolor y que, cuando se nos presenta, cuando la pensamos, cuando paramos a reflexionar, es muy difícil imaginar horizontes posibles en los que el mundo sea más justo y humano. Sobre todo, porque el Estado es impune, porque día a día quienes se enfrentan a la desaparición viven prácticas simulatorias, un exceso de burocracia, una descoordinación entre los distintos órganos de justicia, la ineficacia institucional para buscar y finalmente, la falta de recursos institucionales para la identificación de cuerpos que nos ha conducido a una crisis forense de enormes proporciones.
Los caminos de justicia que abren las familias
¿Qué pasaría si la sociedad se uniera?
La búsqueda de las familias no se detendrá, dure lo que dure, y mucho más, puesto que no van a dejar de nombrar las cicatrices en todo el territorio, con tal de que el México que vivimos hoy no se vuelva a repetir. Sin embargo, las dimensiones de esta guerra y de la desaparición son tan grandes, que es necesario involucrar a cuantas más personas se pueda de la sociedad.
¿Qué pasaría si cada persona en México que haya sido tocada por el rostro de un desaparecido, que conozca un caso, que haya escuchado que desapareció el amigo de un amigo dijera “ya no más” y decidiera parar sus actividades, hacer algo fuera de lo común, de su rutina diaria? ¿Qué pasaría si paráramos para evitar el país siga estando “como siempre”, porque ese como siempre no funciona y produce más y más desaparecidxs? Estas son algunas preguntas para organizar la indignación.
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