LuChana y la defensa del agua
Ciudad de México
17 de febrero de 2023
La región de La Laguna, al suroeste del estado de Coahuila, hasta mediados del siglo pasado, contaba con abundante agua. Tenía una alta productividad en sandía, melón, algodón, nuez, uva, entre otros productos agrícolas, y llevaba a cabo la feria anual de la uva y el algodón.
Alrededor de los años setentas, empezaron a llegar maquilas de todo tipo, lo que se sumó a la centenaria presencia de la metalúrgica Peñoles y de los los grupos ganaderos. Todas estas industrias, en conjunto, sobreexplotaron los manantiales, lagunas y ríos, y en consecuencia, dejaron a la región prácticamente sin agua. La poca que queda se destina a empresas y siembra de alimento para ganado.
Esto explica que decenas de colonias de la ciudad de Torreón, Francisco I. Madero, Matamoros y San Pedro de las Colonias, así como sus ejidos, padezcan de desabasto de agua, hasta por meses. Por más que sus habitantes pongan bombas a 3 o 4 metros bajo tierra, para obtener un poco de ella, esta no llega.
En este contexto, durante los meses anteriores, habitantes de varias colonias y ejidos se organizaron de diferentes modos e hicieron solicitudes, reclamos, denuncias, bloqueos, para exigir su derecho al acceso al agua, la mayoría de veces, sin resultados. En estas jornadas, contaron incluso con el apoyo de algunas organizaciones defensoras de derechos humanos.
Uno de estos ejidos es Luchana, donde la población ya no recuerdan desde cuándo se padece de escasez de agua. Aunque pertenece al municipio de San Pedro de las Colonias, respecto del abastecimiento de esta, Luchana depende del municipio de Francisco I. Madero, por lo que dirigieron sus requerimientos hacia las autoridades correspondientes. Sin embargo, se encontraron con una inmensidad de trámites, mentiras, promesas y negaciones. Por ello, más de 200 familias realizaron denuncias vinculadas a violaciones de derechos humanos y manifestaron sus exigencias frente a los medios de comunicación. La respuesta de las autoridades de Francisco I. Madero fue apresar a su representante legal, quien afortunadamente hoy ya se encuentra libre.
Finalmente, después de una intensa lucha, les abastecieron de agua con pipas, a la vez que limpiaron y rehabilitaron una noria abandonada y de la comunidad, que se decía que tenía este líquido.
Aunque se resolvieron parte de las cosas que se demandaban respecto al agua, esto aún no es suficiente. Los sectores más lejanos al ejido todavía no cuentan con ella. Además, el municipio de Francisco I. Madero ha dado signos de intentar abandonar el reparto de agua mediante pipas. La población, por su parte, no ha aceptado, pues si bien la noria tiene algo, no se sabe si el flujo será sostenido. Por otro lado, es necesario revisar y actualizar la red de agua del ejido y las comunidades cercanas, ya que no se le ha dado mantenimiento desde hace décadas.
En esta lucha están unidos pobladores, autoridades ejidales, autoridades eclesiales, y se ha formado un consejo. Algunas personas pobladoras también participan del Colectivo Shalom, del que forma parte el Centro de Estudios Ecuménicos, y promotoras/es de las escuelitas de arte y paz.
Cabe mencionar que la geografía donde se asienta el ejido Luchana es de las más contaminadas por metales pesados. El agua del que se abastece sobrepasa la cantidad de arsénico permitido; por eso, no es de consumo humano: se usa para lavar, limpiar, o sembrar. Aun así, quien no puede comprar agua, la consume . La lucha que dan pobladores es para ejercer su derecho humano al agua y tener una vida digna.
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